La Trappe Witte Trappist
- Tipo
- Trapista
- País
- Holanda
- Bodega
- Abadía de Koningshoeven
- Graduación
- 5%
- Vaso recomendado
- Tumbler
- Formato
- Botella de 33 cl.
Descripción del fabricante:
La Trappe Witte tiene la peculiaridad de ser la única cerveza blanca trapense, aunque hay una curiosa historia alrededor de esto, puesto que la Abadía fue expulsada de la Asociación Internacional de Trapenses en 1999, tras la creación de una empresa que fue adquirida por la multinacional Bavaria.
Y es que la Asociación consideró que se había mercantilizado demasiado y que, aunque la cerveza se seguía produciendo dentro de las murallas de la Abadía, no debía mostrar el logo de “auténtica trapense”. Finalmente, en 2005 volvió a ser aceptada, tras un acuerdo mediante el cual los monjes debían tener un mayor control sobre la producción de la cerveza.
Como la gran mayoría de cervezas trapenses, La Trappe Witte no defrauda en ningún momento. Está elaborada con malta de trigo y se produce sin filtrar.
Al servirla en copa vemos que produce bastante espuma, de color muy blanco, aunque esta se des hace bastante rápido y nos permite pasar “al ataque” rápidamente. En seguida notamos un aroma frutal y, en boca, nos encontramos con toques de plátano y de cítricos, con algo de manzana ácida al final, además de un amargor muy ligero.
Con un cuerpo completo y sedoso, La Trappe Witte resulta agradable en boca y al mismo tiempo muy refrescante.
Combina perfectamente con ensaladas y con pescado y verduras a la parrilla.
Amarillo pajizo intenso. Si no removemos la levadura del fondo, aparecerá límpida, y podremos observar su finísima, persistente y regular burbuja, que dibuja en el final una espuma blanco lechosa de cierta densidad y persistencia.
En la nariz hay notas muy frescas, tipo cítricas (limón, pomelo) y típicos olores de malta. Muy limpia y fragante, en una notable intensidad.
La boca es viva, alegre, fresca, cosquilleante, de cuerpo medio-bajo, estimulante acidez, y amargor ligero. Aparecen además aromas especiados (clavo) y frutales (plátano) en el final de boca, y resulta una cerveza de recuerdo medio.
Muy interesante versión de la que pasa por ser la única cerveza de trigo trapense. Y por qué no, esto sólo hace referencia a la elaboración monacal, sin obligar a un estilo determinado. Yo me apunto a estas elaboraciones originales, cuyo resultado es más que satisfactorio. La cerveza que no he usado para la cata, me la reservo para acompañar una ensalada con queso de cabra y frutos secos.
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